Los simuladores hiperrealistas para salvar vidas a personas obesas: los profesionales ensayan con «pacientes de verdad»

No son pacientes reales, pero lo parecen. Se trata de simuladores médicos hiperrealistas con las que los profesionales sanitarios de hoy y del futuro realizan prácticas para mejorar sus habilidades clínicas y salvar vidas. «El profesional cuando llegue y mire diga es un paciente de verdad, no un trozo de plástico».

Para conseguir este efecto, se colocan unas cubiertas de silicona sobre maniquíes de última generación, que simulan caras y cuerpos con arrugas, pliegues e, incluso, venas. El diseño y la elaboración de estos simuladores son obra de un ingeniero chileno, Raúl Rodríguez, que ha cambiado los estudios de Hollywood, donde consiguió un Óscar por los efectos especiales de la película Gravity, por un pequeño taller de La Romana (Alicante). «Con estos simuladores los estudiantes no solo aprenden técnicas, también aprenden a tener una mirada diferente a los pacientes y desarrollan la empatía», explica Raúl.

Unos diseños que tienen una característica común, la obesidad. Un problema de salud cada vez más extendido y que afecta ya a más de 1.000 millones de personas en todo el mundo. «La grasa en el abdomen hace que se más compleja la práctica y que se adapte más al mundo real con el que se van a encontrar», señala el creador.

Unas cubiertas de silicona que ya se utilizan en hospitales españoles, pero también en centros médicos de muchos países de todo el mundo como Estados Unidos, Reino Unido o Australia. «En los centros donde hay simuladores las muertes decaen», asegura Raúl Rodríguez.

Moldes de silicona hiperrealistas.

Fuente: Informativos Telecinco 
Mediaset España

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