LA OBESIDAD
Se define como una acumulación excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud, pero puede prevenirse y ser tratada.
Es una enfermedad crónica, compleja, de incidencia creciente y multifactorial, ya que en ella intervienen factores fisiológicos, psicológicos, ambientales, socioeconómicos y genéticos.
Se produce cuando la ingesta calórica supera al gasto de energía de forma mantenida.
Dado que este desequilibrio energético puede tener su origen en múltiples factores, su efecto sobre el aumento de peso varía de una persona a otra.
Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud OMS:
En 2022, 2500 millones de adultos de 18 o más años tenían sobrepeso, de los cuales más de 890 millones eran obesos. Esto significa que el 43% de los adultos de 18 años o más (un 43% de hombres y un 44% de mujeres) tenían sobrepeso, lo que supone un aumento con respecto a 1990, cuando el porcentaje de adultos de 18 años o más con sobrepeso era del 25%.
En 2022, alrededor del 16% de los adultos de 18 años o más en todo el mundo eran obesos.
La prevalencia de la obesidad en todo el mundo aumentó en más del 100% entre 1990 y 2022.
Consultar gráficos a pie de página
En lo que respecta a los hábitos de vida, en el mundo se ha producido:
· Un aumento en la ingesta de alimentos hipercalóricos que son ricos en grasa, sal y azúcares, pero pobres en vitaminas, minerales y otros micronutrientes.
· Un descenso en la actividad física como resultado del sedentarismo incentivado por muchas formas de trabajo, los nuevos modos de desplazamiento y la creciente urbanización.
A menudo, los cambios en los hábitos de alimentación y actividad física son consecuencia de factores biológicos (genéticos, estrés, fármacos, edad, algunas enfermedades), de cambios ambientales y sociales asociados al desarrollo, del nivel educacional y de la falta de políticas de apoyo en sectores como la salud, agricultura, transporte, entorno urbano, medio ambiente, procesamiento, distribución y comercialización de alimentos.
La obesidad se caracteriza por ser una enfermedad crónica, progresiva, recidivante y multifactorial.
• Mientras continúan lidiando con los problemas de las enfermedades infecciosas y la desnutrición, estos países están experimentando un aumento brusco en los factores de riesgo de contraer enfermedades no transmisibles como la obesidad y el sobrepeso y sus complicaciones, en particular en los entornos urbanos.
• No es raro encontrar la desnutrición y la obesidad coexistiendo en un mismo país, una misma comunidad y un mismo hogar.
En los países de ingresos bajos y medianos, los niños son más propensos a recibir una nutrición prenatal, del lactante y del niño pequeño insuficiente. Al mismo tiempo, están expuestos a alimentos hipercalóricos ricos en grasa, azúcar y sal y pobres en micronutrientes, que suelen ser poco costosos.
Estos hábitos alimentarios, juntamente con una escasa actividad física, tienen como resultado un crecimiento brusco de la obesidad infantil, al tiempo que los problemas de la desnutrición continúan sin resolver.
Un índice de masa corporal (IMC) elevado es un importante factor de riesgo de enfermedades no transmisibles, como:
• Las enfermedades cardiovasculares (hipertensión, cardiopatía, accidente cerebrovascular etc).
• La diabetes.
• Apnea del sueño, dislipemias, alteraciones menstruales e infertilidad, incontinencia urinaria, depresión y cáncer (de endometrio, mama, esófago y colon) entre otras.
La obesidad infantil se asocia con una mayor probabilidad de obesidad, muerte prematura y discapacidad en la edad adulta. Además, los niños con obesidad sufren dificultad respiratoria, mayor riesgo de fracturas e hipertensión, y presentan marcadores tempranos de enfermedad cardiovascular, resistencia a la insulina y pueden tener problemas psicológicos.
A nivel individual, puedes:
• Limitar la ingesta energética procedente de la cantidad de grasa total y de azúcares.
• Aumentar el consumo de frutas y verduras, así como de legumbres, cereales integrales y frutos secos.
• Realizar una actividad física periódica (60 minutos diarios para los jóvenes y 150 minutos semanales para los adultos).
La responsabilidad individual solamente puede tener pleno efecto cuando tienes acceso a un modo de vida saludable. Por consiguiente, en el plano social es importante:
• Dar apoyo a las personas en el cumplimiento de las recomendaciones mencionadas mediante un compromiso político sostenido y la colaboración de la administración y de las múltiples partes interesadas públicas y privadas.
• Lograr que la actividad física periódica y los hábitos alimentarios más saludables sean económicamente asequibles y fácilmente accesibles para todos, en particular las personas más pobres. La industria alimentaria también puede desempeñar una función importante en promocionar una alimentación saludable:
• Reduciendo el contenido de grasa, azúcar y sal de los alimentos elaborados.
• Asegurando que todos podamos acceder física y económicamente a unos alimentos sanos y nutritivos.
• Con la práctica de una comercialización responsable.
• Favoreciendo el acceso a alimentos sanos en el lugar de trabajo y apoyando la práctica de una actividad física periódica.
* Los datos de la Encuesta Europea de Salud tienen una periodicidad quinquenal, alternándose cada dos años y medio.
Los datos mostrados en esta web son los últimos ofrecidos por:
– Ministerio de Sanidad
– Instituto Nacional de Estadística
IMC, sexo y periodo.
Fuente: Instituto Nacional de Estadística (INE)
IMC, edad
Fuente: Instituto Nacional de Estadística (INE)
IMC, Comunidades autónomas
Fuente: Instituto Nacional de Estadística (INE)